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¿A quién ama Fito Bissi? (II)

  • pedrocasusol
  • 15 ene
  • 7 Min. de lectura

Capítulo 2: Extraños sentimientos


Escribe: Rony Mija


-¿Dónde diablos estás?


La voz de Gary era incómoda desde el otro lado del teléfono. Me recordaba a mi padre cada vez que me iba de fiesta. Claro, eso fue hasta que decidí vivir solo.


-Salí a correr por el malecón y dejé el teléfono en casa.


-Antes de ir al canal necesito verte.


-Ven a mi casa, aún falta mucho para el ensayo.


El día recién empezaba y la llamada de Gary me inquietó un poco; por un momento pensé que lo que le urgía conversar conmigo porque ya sabía quién sería mi partner en La noche se mueve. Tomé una ducha con agua fría y luego desayuné. Gary llegó y tiró varios periódicos en la mesa y me pidió leer los titulares. Una extraña sensación se apoderó de mí, no sabía qué decir ni qué pensar al ver fotos mías abrazado de Fito Bissi y caminando de noche por San Isidro. Si por entonces ya me atormentaba la vida todos los cuestionamientos de mi sexualidad, ver esos titulares aumentó mi lado más psicótico. Disimulé mi nerviosismo y actué como si no me interesara.


-Te dije que te quedaras en casa. Mira lo que pasó – comentó Gary.


-Ya, relájate… pareces mi papá cuando me agarraba en plena resaca.


-¿Sólo tomaste?


-Tomé, comí, reí a más no poder y la pasé de puta madre.


-Anda preparado al canal porque esto es cosa seria.


-Gary… los del canal van a estar felices, esto hará que la gente quiera ver el programa.


-De noche y borracho hasta el suelo, eso dejará a tu productor muy tranquilo


-¡Ya basta, Gary! Cada vez que hablamos no dejas de recordarme todo lo que pasó… Me estas cansando y mucho.


-Yo solo quiero que estés bien.


Gary no dijo nada más y se retiró. Me quedé pensando en todo tipo de argumentos para los productores. Revisé los mensajes en mi celular esperando encontrar alguno de Fito Bissi, pero no fue así y sentí un poco de tristeza. Quería hablar con él y pensé en llamarlo para preguntarle si ya había leído los diarios. No lo hice, mi ego fue más fuerte.


Llegar al canal me causó cierta adrenalina como cuando era niño y hacía alguna travesura sabiendo que mis padres me castigarían. Caminaba lentamente por los pasillos escuchando música y pensando que todos murmuraban luego de saludarme. Cuando entré a la oficina del productor, éste no mencionó el tema aunque vi los diarios en su escritorio. Eso me asustó aún más.


-Bueno, Rudy, falta muy poco para que el programa vuelva al aire, así que te voy a pedir que descanses, no te estreses y no hagas estupideces – me dijo.


-¿Lo dices por las noticias de hoy?


-Lo digo por lo que todos sabemos… tú eres un castillo de naipes, en cualquier momento te derrumbas.


-Eso no volverá a pasar


-Lo mismo dijiste el año pasado y fue peor… Entiende que tengo a los del canal encima todo el día. Sé que te inquieta saber quién será tu compañero en esta temporada


-¿Quién será mi reemplazo?


-Hoy por la tarde se decide, pero quiero que tengas en claro que tú seguirás siendo el presentador principal, quien ingrese estará en la calle haciendo informes.


-Me gusta la idea, además podemos jugar mucho con el nombre del programa: La noche se mueve hasta…


-¡Eso! Muy bien, Rudy, esa es la actitud que necesito de ti para que todo sea un éxito.


Salí de la reunión un poco aliviado. Antes de entrar al ensayo del programa salí a comprar algo de comer y beber, me detuve en la puerta del canal y volví a pensar en llamar a Fito Bissi, me preguntaba por qué no tenía ni un solo mensaje suyo. La noche anterior estuve tan ebrio que llegué a pensar que en ese estado hice algo que lo incomodó. Otra vez mi ego fue superior y desistí en llamarlo.


Las horas pasaban y yo seguía pensando en la ausencia de Fito Bissi. Hice mi mayor esfuerzo para estar concentrado durante el ensayo de La noche se mueve. En medio del ajetreo vi entrar a Xendra junto con Gary al set donde aún estaban terminando de armar la nueva escenografía. Sentí una gran emoción al verlos y corrí a saludarlos.


-¡Querido, Rudy! Te he extrañado horrores estos días… viajar es lindo, pero ya quería volverte a ver – me dijo Xendra.


-Yo también te he extrañado ¿Cuándo llegaste?


-En la mañana, fui a mi casa, descansé un rato y decidí venir a verte.


-Me alegra que lo hayas hecho… Oye Gary, perdón por la forma como te hablé


-No te preocupes, no pasa nada – dijo él.


-Te cuento, Xendra. Soy la noticia del día en todos los diarios…


-Fue lo primero que me enteré al llegar. Lo que me da risa es que un poco más y dicen que son amantes. Porque no lo son ¿verdad? – preguntó ella.


-Aún no lo son – bromeó Gary – ¿te dijeron algo sobre eso?


-Ni lo mencionaron y eso me dio hasta terror, lo bueno es que hoy el ensayo salió bien y varias de mis ideas propuestas fueron aceptadas – comenté.


-Llamemos a Jano y salgamos por la noche, pero en plan tranqui – propuso Xendra.


Salir los cuatro siempre fue mi tópico favorito. Xendra era mi amiga desde la adolescencia, cuando ingresó al colegio donde Gary y yo estudiábamos; congeniamos de inmediato. A ella siempre le gustó la música y a eso se dedicaba enteramente. Su carrera empezó a despegar cuando ganó el concurso Canto por ti, una especie de reality show que todos los domingos arrasaba con la sintonía a nivel nacional. El lanzamiento de su primer disco no fue lo que se esperaba y ella cayó en una fuerte depresión, pero esto la prensa nunca se enteró.


Continental Televisión tuvo la idea de realizar el magazine Causa y Efecto. Todos los domingos por las tardes Gary, Xendra y yo presentábamos a artistas para que nos contarán sus vivencias e historias de cómo habían logrado alzarse al estrellato. Todo lo alternábamos con musicales en vivo y Xendra mostraba todo su talento al cantar con los artistas. Luego de un par de años, ella decidió alejarse del programa y preparar su segundo disco que fue todo un suceso. La televisora decidió cancelar el programa, convocaron a Gary para ser VJ en el canal musical y a mí me ofrecieron presentar La noche se mueve porque hubieron entrevistas donde fui incisivo con los invitados utilizando la ironía como arma.


-¿Qué tanto miras por la ventana? – me preguntó Jano mientras conducía.


-Estoy verificando si no nos sigue un fotógrafo – respondí.


-Te pido que, si eso llega a pasar, te abraces de Gary por favor.


Xendra y Gary nos esperaban en un restaurante en la Avenida El Polo. Durante el viaje revisaba de rato en rato mi teléfono esperando leer un mensaje de Fito Bissi, y me ponía ansioso no saber nada de él. Todo era muy extraño.


-¿Quién te tiene tan ansioso? ¿Tu nuevo novio? – preguntó Jano.


-Yo no tengo ningún novio. Si lo tuviera no estaría aquí contigo.


-El día que salgas públicamente del armario te van a dedicar un especial de dos horas en el canal.


-O si hacen una película sobre mi vida tú podrías protagonizarla.


-Eso es bien difícil, y no lo digo por mí – volvió a comentar Jano.


-Tú que estás en el mundo actoral ¿conoces a Fito Bissi?


-¿Qué pasa con Fito Bissi? … él es quien sale en las fotos contigo ¿verdad?


-Sí, él mismo. Ayer salimos a cenar y me emborraché, eso fue todo.


-Sé quién es, pero no es mi amigo. Si quieres saber más de él pregúntale a Armando, ellos son amigos desde hace tiempo.


Me quedé en silencio hasta que llegamos al encuentro de Xendra y Gary. La angustia se desvaneció cuando estuvimos los cuatro juntos, estar con ellos hacía que el pasado no me acobarde para seguir. Ese vacío que a veces sentía, desaparecía. Me sentía otra persona cuando estaba con ellos y de cierta manera la forma cómo me cuidaban me sostenía.


-Xendra, me enteré que otra vez regresas a Continental Televisión – comentó Jano.


-¡Sí! Estoy más que feliz por eso. Voy a ser parte del nuevo programa de los sábados por la noche – respondió ella.


-¿Otro reality? – preguntó Gary.


-Es más un programa concurso. Todos seremos cantantes profesionales y representaremos a una institución benéfica – comentó Xendra.


-Tanto yoga te ha convertido en un ser iluminado – comenté.


-Me van a pagar a bien por cada programa, así que espero llegar hasta la final… además, me cae bien porque voy a lanzar un par de canciones nuevas.


-Oye, Jano… tú que tienes el don de la omnipresencia, ¿sabes quién será el nuevo jale de mi programa? – pregunté.


-Si no lo sabes tú que eres el presentador, peor yo. Lo único que me enteré es que el casting no lo cierran aún – respondió Jano.


-Les dije, nuestro amigo Jano vive fuera del canal, pero sabe todo lo que sucede adentro – dije riendo y ocultando mi ansiedad.


-Deja de preocuparte por eso, querido Rudy. Relájate y piensa que este año será el mejor de tu vida. Eso hago yo todo el tiempo – dijo Xendra.


-¡Me pondré hacer yoga junto contigo! – exclamé.


Al acabar la cena, preferí regresar solo a casa. Pedí un taxi y miraba la ciudad como si fuera la primera vez. Llegué a casa con la única intención de dormir. Al bajar del auto volví a revisar mi teléfono, pero no tenía ningún mensaje ni llamada perdida de Fito Bissi. Me dio mucho coraje y decidí apagarlo; no quería saber nada de nadie hasta el día siguiente. Siempre hacía eso cuando las cosas no salían como las deseaba, me desconectaba por completo de todo. Ese deseo de querer desaparecer sin dejar rastro lo tenía desde niño.


Ingresé al edificio y me quedé atónito al ver a Fito Bissi sentado en la recepción esperándome. La sangré empezó a correr más rápido dentro de mí y un hormigueo empezó en mi frente.


-Hola Rudy, si tardabas diez minutos más me iba.


-Me sorprende verte aquí… ¿cómo supiste dónde vivo?


-Yo te traje ayer ¿recuerdas?


Le pedí que subiera conmigo a mi departamento, le ofrecí una coca cola y nos sentamos frente a frente en la sala. Yo estaba muy nervioso y jugaba con mis manos.


-Disculpa por no haberte llamado ni escrito todo el día. Hoy hice el casting para la nueva telenovela de Camaleones Producciones.


-Espero que tu casting haya sido el mejor… ya verás que te quedas en la telenovela.


-Me da la impresión de que estás molesto conmigo– dijo Fito Bissi.


-No digas tonterías. Solo que estoy muy cansado y me sorprendió encontrarte en mi puerta a esta hora – comenté. 


-Yo sólo quería comentarte lo del casting. La felicidad se ha hecho para compartirla.


La sonrisa de Fito Bissi era muy enigmática. Era amplia, de oreja a oreja, como de los niños cuando presumen algo nuevo. Se despidió y al cerrar la puerta apagué las luces, me metí a mi cama y mirando al techo trataba de descifrar qué es lo que me pasaba con Fito Bissi.



 
 
 

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